20.9.07

¿Gracias o a pesar de la prensa?

A tenor de lo que se había visto en los anteriores partidos, el Barça mejoró ayer su imagen y también, aunque aún queda trecho por recorrer, su juego. Espero que la cosa siga por ese camino, aunque me temo que por mucho espectáculo que ofrezca el equipo en los próximos partidos, la dinámica destructora en la que se ha metido de lleno la prensa deportiva de Barcelona no va a variar.
Hace unos días publiqué un artículo en el que daba mi opinión acerca de Radio Marca y de su director, García Caridad. Di por supuesto que en el mundo de la prensa escrita todos conocemos el rigor y el nivel (?) de quienes, día sí y día también, escriben pretendiendo sentar cátedra. Y propuse que fuera Louis quien siguiera desenmascarándolos en su Libreta.
Sin embargo, el ruido mediático de los últimos días en torno a la figura de Frank Rijkaard ha podido conmigo.
La gota que colmó el vaso fue escuchar ayer en alguna emisora de radio, después del Barça-Olympique, que el entrenador había reaccionado gracias a la presión del entorno. ¡Gracias, amigos de Sport y Mundo Deportivo! ¡Qué infelices seríamos sin vuestro equilibrado sentido del barcelonismo, capaz de embestir cual Miura a todo lo que se os ponga por delante!
Después de tan merecidos agradecimientos, me pregunto: ¿A qué entorno debo adorar?
¿Al que secunda sin pensárselo la campaña contra el entrenador que está llevando a cabo Sport con su 'respetado' Miguel Rico a la cabeza?
¿Al que consigue, a base de argumentos oportunistas y peregrinos, que la afición del Camp Nou silbe, como hizo anoche, a Ronaldinho?
¿A esa prensa que, sin ningún tipo de rubor ni de vergüenza, no se da por aludida cuando Rijkaard pide unidad y cree que las palabras del técnico se dirigen solamente a la directiva? ¿A esa que tira la piedra y esconde la mano?
¿A esos periódicos que, tras acuñar el término, reclamaban hace menos de un mes que jugaran juntos los "4 fantásticos" y ahora pretenden destrozarlo todo?
¿A ese juntaletras -y a veces ni eso- de Carazo cuyo dominio de la gramática es casi tan alto como sus conocimientos de fútbol?
¿A esa prensa que interpreta la lesión de Eto'o como "un problema menos para Rijkaard"?
¿A Carlos Pérez de Rozas (¡qué lástima de familia con el prestigio que tenía dentro de la profesión!), que pedía jugar con Ronaldinho, Messi, Giovani y Bojan ante el OL, como si el rival fuera mi adorado Poble Sec?

Bochorno
Ayer me avergoncé de gran parte de los culés que, como yo, estuvieron en Camp Nou. Me causó verdadero bochorno, vergüenza ajena, oír cómo pitaron al que, cuando está en forma (ahora no lo está, es cierto), es el mejor jugador del mundo. Porque ayer se silbó a Ronaldinho no por quedarse quieto, no moverse o pasar de todo, sino por intentar regatear varias veces a su oponente y fallar. ¿Que no puede? Es cierto, pero lo intenta y soy de los que piensa que va a recuperarse. Sin embargo, en el estadio hay una doble vara de medir: pese a su gran partido, Messi perdió ayer tantos balones como Ronnie y sólo escuchó vítores y alabanzas.

El futuro de Rijkaard
Soy de los que piensa que Rijkaard es el entrenador idóneo para el Barça, aunque ahora esté de moda pensar -y decir- todo lo contrario. Pero incluso en el caso de creer que no lo fuera, no es ahora el momento de pedir su cabeza. Si la destitución era el paso correcto, éste tenía que haberse dado hecho al finalizar la temporada anterior. Ahora es tarde (afortunadamente, creo) y habrá que dejar este tipo de decisiones hasta que todo acabe, allá por el mes de junio. Para mí, Frank Rijkaard sigue teniendo crédito.
Por una vez, suscribo las palabras de ayer de Xavier Bosch en Mundo Deportivo:

"A pesar del estribillo cansino que tanto interesa fomentar en Madrid (y en Barcelona, añado yo) de que Frank está en la cuerda floja, Laporta no cometerá el error de cesar a Rijkaard a mitad de temporada. Los jugadores son muy buenos, a poco que los mejor pagados cojan la forma (y que Messi no se constipe), el Barça estará arriba en la Liga y pasando fases en Europa. Es decir, sin motivo justificado para tantos nervios y tanto hacerle tambalear la silla. No lo duden: Frank se quedará, como mínimo, hasta final de temporada".

Apuntes
Bojan y Giovani disfrutaron ayer de unos minutos en la Liga de Campeones. Me alegro por ellos, pero sobre todo porque se cierran la puerta a una cesión a cualquier equipo que los quiera para disputar una competición europea. Creo que tendrán más oportunidades en el primer equipo.

17.9.07

Vuelve el fútbol (el de verdad)

Sólo unas líneas para esbozar algunos apuntes ante el retorno de la Liga de Campeones.

1. Me apetece mucho ver el partido Barça-Lyon. Es, al menos a priori, uno de los más atractivos de toda la primera fase de la competición. Y verlo, además, con la ilusión de ver despertar de una vez al equipo de Rijkaard, porque estoy seguro de que lo hará.
2. Tengo mucha fe en lo que pueda hacer el Sevilla en la Champions League. No porque les siga ni porque me resulten especialmente simpáticos, sino porque creo que tienen una oportunidad única para exhibir en la competición por excelencia la madurez que han demostrado en los últimos años.
3. Por otra parte, compadezco a los seguidores sevillistas y, por ende, también a los valencianistas. ¿Por qué? Pues porque, como ya ocurrió el año pasado, Antena 3 TV elegirá un martes el partido del Real Madrid y otro el del Barça. Y 'palanganas' y ches, a ver a su equipo pagando. Una pena, pero seguro que no me equivoco.

16.9.07

Mis razones para creer

Frente al pesimismo que empieza a cundir entre algunos blogueros culés, yo mantengo mi fe en el equipo y, sobre todo, en el entrenador.
Asistí, aunque no lo recuerdo (las entradas y los testimonios de mis padres son mi única prueba) al debut de Johann Cruyff como jugador del Barça. Fue en un partido del Camp Nou contra el Granada y el partido acabó con victoria azulgrana por 4 a 0. Desde aquel día, el equipo -que iba penúltimo- no volvió a perder en la liga y acabó llevándose el título, con goleada en el Bernabéu incluida. Era el año 1974 pero, como digo, no recuerdo nada de aquella liga. Tenía apenas seis años.
La primera victoria en el campeonato de liga que recuerdo fue, pues, la del equipo que dirigía Terry Venables y que en el Trofeo Joan Gamper le endosó 9 goles a Gatti, que entonces era el portero de Boca Jrs. Aquel once formado por Urruti, Gerardo, Migueli, Alexanko, Julio Alberto, Víctor, Schuster, Calderé, Carrasco, Rojo y Archibald fue el primero que acabó con una larga, larguísima, racha de frustraciones. Cuando Urruti paró aquel penalty en Valladolid a Mágico González (tipo que, por otra parte, necesitaría un post para él solito) y el equipo ‘campeonó’, quien escribe tenía ya 17 años. Y en ese tiempo había visto fracasar a Maradona, había visto salir por la puerta de atrás a mi ídolo (Neskeens), había sufrido cómo un lamentable técnico alemán (Lattek) había tirado por la borda una liga con 6 puntos de ventaja a falta de 5 partidos (las victorias valían entonces sólo dos puntos) y como únicas alegrías me había llevado a la boca algunas Copas del Rey y dos Recopas de Europa, puesto que la Copa de Europa era terreno vedado para los segundos clasificados. Diecisiete años (ya digo que no cuento la Liga de 1973) de sequía.
Los veintidós años siguientes han sido otra cosa. Y todo cambió -le guste a la gente o no- con el retorno de Cruyff, esta vez como entrenador. Desde que ganó su primera liga como técnico blaugrana (1990-91) hasta hoy, se han disputado 16 campeonatos de Liga, de los que Barça salió triunfador en ocho de ellos -siempre con un entrenador holandés-, a las que hay que añadir las dos Copas de Europa.
¿Por qué suelto este rollo? Porque veo que hay gente más joven que yo que prácticamente ha nacido viendo ganar al Barça, lo que los vuelve aún más exigentes con el equipo. Y eso está bien, hay que ser exigente con quien ha demostrado su capacidad para rendir más. No eludo la crítica al equipo ni soy tan ciego como para obviar que hay cosas que no se hacen bien, pero procuro aislarme un poco del “entorno” (¡qué bien acuñado ese término referido a lo que rodea al club!) blaugrana, que con mucha facilidad se vuelve pernicioso y es capaz de hacer que todo lo que toque se desintegre.
Y lo hace de una forma tan temeraria que es capaz de aprovechar el parón liguero para arremeter contra todo lo que se menea (¿no es así, Miguel Rico?) en lugar de concederle al equipo el beneficio de la duda. Oportunistas como José Luis Carazo, que lo más redondo que ha visto en su vida es una onza de chocolate, no hacen ningún favor al club cuando pasan de reírle todas las gracias a buscar tres pies al gato a cualquier tontería (abro un paréntesis para pedirle a quien conozca a Carazo que le diga que los nombres propios no admiten artículo en castellano, por lo que no debe decir “El Eto’o” o “El Ronaldinho” cuando hable por radio) amparándose en el “me dicen” o “me cuentan”. Volvemos al rigor -brillante por ausente- de la prensa deportiva.
Me he ido por las ramas y no quería hacerlo, pero, como diría Carlos Megía Godoy y sus inseparables de Palacagüina, me “sulivellan” estas cosas. Resumiendo: creo en el equipo (¿alguien piensa que no es mejor que el año pasado?), creo en Rijkaard y, sobre todo, creo en la gente que es capaz de aprender de sus errores. Los hubo el pasado año, es cierto, pero eso no significa que tras dos partidos (empate y victoria, de menos a más) tengan forzosamente que volver a repetirse.

Para quien no lo viera, me permito el lujo de poner la parada del malogrado Urruti de la que hablaba antes. Con la voz, por supuesto, de Joaquim Maria Puyal.

7.9.07

A vueltas con las selecciones autonómicas

Juro solemnemente que no me apetecía en absoluto volver a tocar el asunto de las selecciones autonómicas de fútbol. Lo hice en un post de hace un año y dejé bien clara mi opinión.

Ahora se produce exactamente la misma situación: la Federación Catalana de Fútbol pretende organizar un partido contra la selección de Estados Unidos el 14 de octubre, pero en esta ocasión la Federación Española ha decidido prohibir el encuentro. Cuando me enteré de la noticia pensé: "otra vez lo mismo". Sin embargo, leo a Matallanas decir que las razones de Ángel María Villar para no autorizar el partido no tienen nada que ver con la coincidencia de fechas con un partido de la selección española, sino que es una represalia a Jordi Roche, presidente de la Federación Catalana, por haberse alineado con la oposición al exfutbolista (famoso únicamente por haber propinado una bofetada a Cruyff) que dirige (?) los designios del fútbol español.
Y, por unas cosas o por otras, ya se ha montado el lío.

Si se sabe que se trata de una decisión de rencor personal, ¿por qué se deja que se dispare el debate de nuevo? ¿No hay mecanismos para que las decisiones que se tomen en este asunto se ajusten a una norma objetiva? ¿Por qué se empeñan los políticos en echar gasolina al fuego? ¿Por qué mucha gente opina sobre determinadas cosas siguiendo al pie de la letra lo que se proclama desde los medios de comunicación (de uno y otro 'bando')? ¿Tanto cuesta formarse una opinión propia?

Este asunto cansa. Y mucho. Y la culpa es de las selecciones, esos entes abstractos y sin demasiado seguimiento que hacen que el fútbol de verdad, el de clubes, se detenga durante quince días. Y todo para ofrecernos el espectáculo al que nos tiene acostumbrados el combinado de Luis Aragonés (por cierto, ¿algún día se irá este hombre de lenguaje soez, cortes de mangas y mala educación?).

4.9.07

¡Que mejore la prensa, por Caridad!

He dudado mucho a la hora de escoger el tema de mi primer post tras la reapertura del blog. El fin de semana dejó varios asuntos interesantes: la jornada de Liga, los árbitros, los fichajes de última hora, el lío de las televisiones... Así que he decidido empezar por uno que no tiene nada que ver -o tal vez sí- con los anteriores.

Poco después de cerrar el chiringuito recibí un correo electrónico de Juan Manuel Rodríguez, Jefe de Deportes de la Cadena COPE en el que me "agradecía" que le leyera a pesar de que en uno de mis posts anteriores le calificara como talibán. En fin, el contenido de esos mensajes cruzados es lo de menos, aunque sí diré que en uno de ellos le dije que, en mi opinión, el periodismo deportivo es -salvo excepciones- el de menor calidad y el menos riguroso de todos, prensa rosa al margen. Roncero, Guasch, Carazo, José Vicente Hernáez o Mascaró son algunos ejemplos del nivel que padecemos los lectores, aunque de ellos se ocupa ya La Libreta de Louis.

El panorama televisivo ha mejorado levemente con la desaparición de "Maracaná" y, sobre todo, de "El Rondo", esa olla de grillos fanáticos entre la que destacaba con voz propia (y demasiado elevada) la figura de Roberto Gómez.

¿Y la radio? La bipolarización tradicional de la radio nocturna (García/de la Morena, de la Morena/Abellán) sigue vigente, aunque existen algunos intentos (Onda Cero, Punto Radio, las emisoras de ámbito autonómico) de comer terreno a los dos grandes acumuladores de audiencia.

Sin embargo, desde hace unos años está en marcha Radio Marca, la primera radio temática dedicada íntegramente al deporte y a la que un conocido bloguero sevillista denomina, sin duda cariñosamente, "Gran Eme Roja de Manipulación".

Creo que "La radio del deporte", como se autoproclama, debería hacer algo más que ofrecer muchas horas de información deportiva. Debería conseguir que ésta fuese, además, de calidad. En mi modesta opinión, lo consigue a medias, pero le veo dos grandes lagunas: el magazine de la tarde (Intermedio, dirigido por Paco García Caridad) y el programa nocturno (Plusmarca), al frente del cual está Agustín Castellote. Si bien ambos son perros viejos en el mundo de la radio, hay una sustancial diferencia entre Caridad y Castellote. Al segundo le conozco de los tiempos en que era el lugarteniente de José María García en la COPE y, aunque no se rodea de los mejores tertulianos del mundo, se puede ver un hilo de continuidad en su trayectoria.

Caridad es otra cosa. También es un veterano de la radio a quien recuerdo como delegado de deportes de Antena 3 Radio (creo que en Las Palmas, porque en Zaragoza estaba Daniel Llagüerri), cuando García dirigía los deportes en aquella emisora. Él perpetró las peores transmisiones televisivas de fútbol que recuerdo (en este caso ya en A3 TV) y debo reconocer que tras aquellos partidos de los lunes le perdí la pista. Hasta hace más o menos un año, cuando escaneando el dial de la radio del coche apareció en el 89.1 de la FM, la frecuencia de Radio Marca Barcelona. Le escucho de vez en cuando -no sé si porque sólo lo hago en el coche o, sencillamente, porque me pone de mala leche-, pero he llegado a la conclusión de que Caridad no ha evolucionado. Ha querido trasladar el clásico esquema de la medianoche a las cuatro de la tarde y, lo que es peor, se ha creído que es José María García, lo que le lleva a practicar un estilo que triunfó durante unos años pero que suena ya rancio y superado (aunque lo que se lleve hoy sea tan patético aquello).

Pero, más allá del poco dominio del lenguaje radiofónico (¿alguien conoce algún otro programa cuya sintonía suene durante más de tres minutos de forma ininterrumpida sin que el locutor diga ni pío?) y de su escaso nivel para conducir con ritmo un programa de tres horas, Caridad es el equivalente en la radio de los periodistas estrella (?) que pueblan los diarios deportivos y que no hacen más que rebajar la calidad de este tipo de prensa. Fomenta la participación de los oyentes a través de mensajes SMS y los ignora la mayoría de las veces (impagable la anécdota que recogió en su día Bar Deportes); elige con cuestionable criterio a “representantes” de diversos equipos en sus tertulias (lo de Rafael Carrasco como culé no tiene desperdicio... ¿qué sabrá este hombre de fútbol, por gran director ciclista que fuese? ¿no será por su odio visceral a todo lo que suene a Laporta?); practica la demagogia y sigue entusiasmado las pautas que le marca su grupo de comunicación (su defensa de la portada de Marca “Queremos fútbol gratis” no hay por dónde cogerla, y él lo sabe) y, aunque “no le gusta mezclar el deporte y la política”, salta a la yugular de quienes no piensan como él.

Me gusta el concepto "radio del deporte", sobre todo porque soy consumidor compulsivo de radio desde que tengo uso de razón. Pero creo -y, repito, es sólo mi opinión- que mientras no se rejuvenezca el proyecto, se haga más plural y se dé manos libres a las nuevas hornadas de periodistas de la casa (Pablo López, Pablo Juanarena, Vicente Ortega... incluso alguien de la periferia) , no se logrará más que perpetuar la decadencia constante que asola al periodismo deportivo de este país. Pero que no se preocupe Caridad: aunque sea por ese masoquismo y a esa vocación sufridora que nos define a los culés y nos emparienta con los colchoneros, de vez en cuando seguiré escuchándole.

Foto: radiomarca.com

P.D. Durante estos meses he recibidos varios correos pidiéndome intercambio de links. En unos días estarán todos actualizados.

1.9.07

Abierto de nuevo

Me ha costado mucho decidirme, pero he decidido reabrir el blog. Se acabaron las vacaciones y es más que probable que carezca del tiempo necesario para escribir a diario, pero procuraré hacerlo al menos tres veces por semana.
Así, tal vez, podré desahogarme y quitarme esa negra nube de pesimismo tan culé que destila la blogoesfera tras el primer partido de Liga. Este post es sólo un anuncio. Ahora me tocará actualizar la lista de enlaces, porque he visto que varias de las bitácoras de visita obligada hace unos meses (Perarnau, Shojan, La Cola de Vaca...) han ido cerrándose. Afortunadamente, sigue en pie el incansable Bar Deportes y mi colega Csai D., que está contagiando su pesimismo incluso a Polo, que está cada vez más crítico.
En fin, que he vuelto. O casi. El lunes, tras el Barça-Athletic, volveré a juntar las letras para quien quiera leerlas o, cuando menos, para ayudarme a evitar el estrés post-vacaciones.