31.10.07

La moda de las críticas

"Me gustaría encontrar un trabajo tan privilegiado -el de periodista- para poder criticar a todo el mundo sin saber nada". Schuster dixit.

Y a mí encontrar otro en el que ganar la décima parte de lo que gana él. O, para no caer en la avaricia, simplemente uno en el que me pagaran los 2.000 euros que pillaba el alemán cuando ejercía de comentarista en Sport, en aquel lejano tiempo en que no le importaba criticar el trabajo de otros compañeros.
Mientras tanto, seguiré escribiendo a destajo por cuatro duros el folio.

Foto: sportsnob.net

24.10.07

Cuentas pendientes

El entorno veleta culé no sacia su sed de sangre cainita. Después de dos empates a cero fuera de casa (Santander y Pamplona), los expertos (?) analistas de fútbol despertaron el fantasma de la pasada temporada. Bastaron tres buenos partidos para que los sabios (?) giraran las velas para ponerse a barlovento y volvieran a loar las excelencias del equipo, de los jugadores (excepción hecha de Ronaldinho) e incluso del entrenador.
Un repaso en El Madrigal y otra igualada sin goles en Escocia ha sido suficiente para que los eruditos (?) desenvainen la espada y, cual émulos de Aragorn en la Tierra Media, inicien la persecución del 'Uruk-Hai' Rijkaard y sus jugadores-orcos.

Me parece injusto y ventajista decir que Messi, alabado hasta el hastío durante meses, se ha 'contagiado' ahora del espíritu de Ronaldinho para quedarse estático y "buscar las faltas al borde del área en lugar de encarar". O decir que Henry (que no está fino, es cierto) era la leche tras el hat trick al Levante y ahora está poco menos que cojo y acabado. O haber vilipendiado a Gudjohnsen desde que llegó para decir ahora que "es un jugador útil".
Pero, sobre todo, me parece injusto y ventajista olvidarse que del equipo que ganó tres partidos seguidos y levantó alabanzas, se han caído Zambrotta, Touré, Márquez y Deco, que se unieron a Eto'o y a un casi olvidado Edmilson.

Hoy el Barça ha saltado al campo con Xavi, Iniesta y Gudjohnsen en el centro del campo. Y lo ha hecho con una ligera variación en el esquema de juego que conocemos. En lugar de un mediocentro defensivo y dos interiores, Rijkaard ha colocado a Iniesta y Xavi como doble pivote mientras el islandés jugaba por el centro y algo más adelantado, trabajando en ataque y presionando al encargado de sacar el balón -aunque fuera a pelotazos- de los escoceses.
Se ha jugado distinto, sin medio equipo titular y con un sistema parecido, pero no igual. Y, pese a que durante una hora se ha buscado la victoria, al final el equipo ha firmado -creo que con una gran visión práctica- el empate. Para mí, un buen resultado de cara a la clasificación que deberá confirmarse en el partido de vuelta en el Camp Nou.
Es cierto que hay que mejorar la fluidez en ataque, sobre todo por las bandas. Pero creo que con el retorno de Touré y gracias a la confianza y la seguridad que aporta a la defensa, el Barça volverá a recuperar la presencia de Iniesta en ataque, que es lo que realmente le hace falta.

Respecto a Ronaldinho, siempre he creído en él y le he defendido. Espero que su rendimiento me haga recuperar los motivos para seguir haciéndolo.

En quince días habrá una novedad importante en De Penalty. Espero contar con la participación de los lectores (asiduos o no). Seguiré informando.

Foto: mundodeportivo.es

21.10.07

3-1. Hay que ser boludo...

"No sé cuál es la interna (entre el entrenador chileno Pellegrini y Riquelme), pero hay que ser muy boludo para dejar afuera al Mago. Si tienes a Kaká, está bien; si tienes a Messi o a Carlitos Tévez o a Ronaldinho, bueno; pero tener solo a Riquelme y no convocarlo, es una tontería". Diego Armando Maradona dixit.

Pues sí. Hay que ser boludo... Anoche se vio bien claro.
Foto: sport.es

11.10.07

¡Vente pa' Madrid!

Me voy a Madrid a pasar este fin de semana largo. Curiosamente, coincide con el día del Pilar (o de la Hispanidad, o de la Raza o como quieran llamarlo), así que seguramente me encontraré en el epicentro de todas las celebraciones de 'españolía' que se prevén este fin de semana. No, no voy a realizar ningún 'gesto que muestre mi orgullo de ser español', como dice Rajoy. No lo necesito. Sé cómo me siento y, más importante aún, sé lo que soy.

Tengo amigos allí, así que seguro que lo pasaré bien. Por si acaso, he planeado algunas actividades. Mi mujer quiere ir al zoo para ver a los recién llegados osos panda; a mí me tienta más ir al museo del Real Madrid para ver cómo lo tienen organizado. Llevo la camiseta conmemorativa del centenario del Barça en la maleta y una cámara de fotos en la bolsa, pero tengo que pensarme muy seriamente si visitar el coliseo merengue ataviado con ella o de una forma más discreta.

He viajado unas cuantas veces a la capital del reino y siempre he visto gente pasear con normalidad luciendo la camiseta blaugrana, así que eso no me supone ningún problema. Estoy seguro de que, al igual que ocurre en Catalunya, la gente de Madrid está mucho más cuerda que sus políticos soflameros. Lo que no tengo tan claro es que gran parte de la 'fauna' (con perdón, o no...) que se reunirá allí con motivo de los fastos esté tan lúcida. Si aquí hay cuatro gilipollas que queman fotos de la familia real y tenemos que aguantar las calumnias que desde una enCOPEtada emisora se nos lanzan -día sí y día también-, prefiero no pensar lo que los cuatro gilipollas de allí (que los hay en todas partes) podría pensar al verme vestido con la camiseta que lució Luis Enrique (aunque no llevo nombre ni número).

Muchas veces hemos criticado el bajo nivel de la prensa deportiva española y siempre me he negado a creer que sea la que nos merezcamos. Por eso, me resisto a pensar que esa clase política manipuladora, incendiaria, demagoga, populista y bastarda (la una y la otra, los de aquí y los de allí) sea la que nos hemos ganado a pulso.

Por eso, mañana cogeré el coche (con matrícula de Barcelona, que ya tiene unos años) y me chuparé los seiscientos y pico kilómetros que separan mi ciudad de Madrid. Y disfrutaré del mismo modo que cuando viajo a Londres, París o Roma: del modo que cualquier persona lo hace cuando llega a una ciudad cosmopolita y se da cuenta de que todos esos tópicos que lanzan quienes sólo se acuerdan de los ciudadanos cada cuatro años, no son más que una mentira más grande que la catedral de Burgos. ¡Que les den a todos por donde amargan los pepinos!

Y, como cada vez que voy a Madrid en coche, intentaré hacer una parada en alguno de los magníficos restaurantes de Zaragoza. Si no puedo en El Cachirulo (supongo que estará abarrotado el gran día de la capital aragonesa), me conformaré con Casa Pascualillo o con cualquiera de las tascas de El Tubo. Porque lo que de verdad importa es saber disfrutar de la vida como a uno le apetece, no como te diga nadie.

Feliz fin de semana.

2.10.07

Mi vecino

Soy culé hasta la médula, y reconozco que me gusta ver perder (o no ganar, que viene a ser lo mismo) al Real Madrid. No creo que sea pecado, pero lo vivo -como decía el anuncio de las hemorroides de televisión- en silencio en la soledad del salón de mi casa y sin molestar a nadie.
Pero resulta que tengo un vecino hooligan. Es un chaval joven (no creo que tenga más de 20 o 22 años) con el que me cruzo de vez en cuando por la escalera. Suele ir ataviado -de forma indistinta- con un chándal del Espanyol o con uno del Madrid y, pese a mi ancestral reticencia a mantener conversaciones vacías con los demás habitantes de la escalera, siempre me ha parecido un tipo agradable. Nos saludamos, me espera en el ascensor si ve que entro en el portal tras él, acaricia a mi perra, incluso alguna vez me ha invitado a fumar. Un tipo normal y un vecino ejemplar. Excepto los días de fútbol.

No necesito que nadie me recuerde los días en que el Barça, el Madrid o ambos disputan jornada de Liga de Campeones. Por la mañana, los cánticos antibarcelonistas (de todo tipo) y de extrema derecha ('Cara al sol' incluido) de mi vecino me 'alegran' la ducha matinal, ya que me llegan a través del patio de luz al que desembocan las ventanas del baño.

Fue mi mujer quien me dijo un día: "Creo que el vecino de arriba tiene un hijo con algún problema, porque se oyen canciones y gritos extraños en el baño". Le contesté que no, que los vecinos tienen dos hijos (el susodicho y una hija que se pasa el día 'fileteándose' con el novio en el portal) y un perro llavero de esos que no dejan de ladrar de una forma tan aguda que te taladra el cerebro. "Pero parecen normales", le dije.

Así que al día siguiente (se jugaba un Juventus-Real Madrid), al descorrer la cortina y entrar en la ducha, atronó de nuevo esa tonada desafinada (¡si al menos cantara bien!) , me fijé en las letras y asocié (cosa que confirmé después) la 'música' con el chaval del chándal.
Pensé en dejar de ducharme cada mañana, pero pronto me di cuenta que la higiene corporal está, muy a menudo, por encima de la mental -excepto si subes al tranvía en Estambul, aunque eso merecería un post aparte-. Así que hice de tripas corazón y me dí una ducha algo más rápida de lo habitual.

Quiso la casualidad que aquel partido en Delle Alpi significara la eliminación del Real Madrid. Figo falló un penalty y Nedved marcó un gol ante la impotencia de Fernando Hierro (aquel día Manolo Lama profirió aquello de "¡Hierro vete a tu pueblo, por Dios!") ante el que no pude reprimir un grito de euforia que causó un buen mosqueo a mi perra (que ladra como un perro de los de verdad) y una mirada de mi mujer que no he vuelto a ver desde entonces.

Supongo que mi vecino oyó mi alarido, pero no creía que me lo tuviera en cuenta hasta esta noche. Cuando Víctor Valdés ha hecho ese doble paradón, la retahíla de insultos que han salido de la boca del energúmeno futbolistico se han oído desde Badalona (donde vivo) hasta Castelldefels, calculo. Os aseguro que no suelo celebrar a lo bestia los goles que encaja el Real Madrid, aunque en mi fuero interno sienta un goce mayúsculo igual o mayor al que los merengues sanos sienten cuando nos marcan a nosotros.

Pero os aseguro, también, que no pienso capitular en esta guerra decibélica. Si mañana la Lazio marca algún gol (aunque acaba perdiendo, como ocurrirá) los gritos de hipo huracanados de Pepe Pótamo van a parecer suspiros frente a los que proferiré yo. Eso sí, sin insultar. Porque yo -aunque por dentro disfrute como un cabrón, con perdón, con esas cosas- soy un caballero.

1.10.07

La hora de las dos erres

Aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero creo que la paciencia que en este y otros blogs pedía para el equipo ha empezado a dar sus frutos. Creo que el partido de Stuttgart es el que va a marcar el devenir inmediato del Barça y creo, también, que el once de Rijkaard vencerá este martes en Alemania.
Espero que lo haga manteniendo el juego de los últimos cuatro partidos y, si puede ser, con Ronaldinho en el equipo. Eso demostraría no sólo el compromiso del brasileño con sus compañeros (del que no he dudado nunca), sino también que Rijkaard tiene la personalidad suficiente para aislarse del entorno y para obrar tal como le dicta su conciencia. Es la hora de las dos erres.

¿Alguien ha notado cómo han desaparecido los periodistas ventajistas a la que se han dado tres resultados positivos? Quienes no creáis que este mundo funciona así, esperad a que se pierdan dos partidos (espero que no ocurra) y les veréis afilar su pico de buitres.